Porque es un profesional especialmente formado en la gestión y resolución de los conflictos familiares en los que el componente emocional juega un papel crucial. Porque es un profesional, independiente y neutral que ayuda a las partes a comunicarse para llegar a acuerdos satisfactorios y adaptados a las circunstancias de cada familia. Porque puede ayudarnos a ver nuestro problema con objetividad y prespectiva, evitando en todo momento el enfrentamiento y así minimizar las consecuencias para las partes y los hijos. Porque los acuerdos serán siempre decididos por las partes y no impuestos por abogados o jueces esto hace que los acuerdos tengan un alto grado de cumplimiento que evita procesos de ejecución posteriores.

Las reuniones pueden ser individuales o conjuntas según el momento del proceso y el clima de tensión entre las partes. Son siempre confidenciales y en todo caso, se desarrollan en un ambiente cálido y cercano.

Nos avala la formación tanto jurídica como formación específica en mediación familiar, con práctica en los juzgados de familia y una experiencia de más de 10 años de mediador. En la gran mayoría de los casos se consigue un acuerdo satisfactorio.

Cada caso es diferente pero la media suele ser de cinco o seis sesiones. Normalmente en un mes se consigue la firma de un convenio.

Dependerá tambien del asunto pero siempre antes de asumir ningún compromiso tendrá un presupuesto cerrado. El coste económico, emocional y de tiempo de una mediación es siempre significativamente menor al de un pleito.